El mantenimiento y los cuidados adecuados de la prenda de protección térmica son esenciales para garantizar su eficacia a lo largo del tiempo. Dentro de un programa integral de análisis y gestión de riesgos relacionados con el calor y las llamas, es crucial dedicar especial atención a la selección, uso y, especialmente, a los cuidados posteriores a la implementación con estas prendas.
Al considerar la vida útil de su prenda de protección térmica, es imperativo abordar cada aspecto de este proceso con la debida seriedad. Esto incluye un análisis minucioso, control efectivo, registro detallado y actualización constante de las prácticas de mantenimiento y cuidado. Estos elementos son esenciales para garantizar la seguridad de los trabajadores en entornos peligrosos, como los involucrados en actividades con Arco Eléctrico y Fuego Repentino.
Aunque ya hemos abordado la importancia de la selección adecuada de la prenda de protección térmica (Ver la Publicación «La planificación de la protección de los trabajadores para un nuevo paradigma internacional«), es igualmente esencial comprender cómo el mantenimiento y los cuidados pueden impactar directamente en la protección de los trabajadores. Después de todo, la eficacia de estas prendas no solo radica en su selección y uso adecuado, sino también en su mantenimiento constante a lo largo del tiempo.
Además de los aspectos fundamentales de seguridad y preservación de la vida, debemos prestar atención a la regulación del uso, mantenimiento y almacenamiento de estas Prendas. Las Normas Internacionales destacan esto claramente, asignando responsabilidades tanto a la organización como al trabajador. Estas responsabilidades suelen ser compartidas y siempre surgen dudas sobre cómo proceder. Otro punto fundamental es el registro de todas las etapas del proceso de selección, uso, conservación y almacenamiento, y la necesidad de integrar estos procesos con el Programa de Gestión y Análisis e Riesgos.
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Por lo tanto, es fundamental que las empresas adopten políticas y procedimientos claros para garantizar el correcto mantenimiento de las prendas de protección térmica. Esto incluye la inspección regular, la limpieza adecuada y, cuando sea necesario, la sustitución de piezas desgastadas. Además, la capacitación constante de los trabajadores sobre la importancia de estos cuidados y la supervisión adecuada de estas prácticas son elementos clave para garantizar la seguridad y salud de todos los involucrados.
¿Desea conocer todos los pasos importantes de este proceso? Entonces, comencemos…
¿Cuál es la orientación adecuada del proceso de lavado?
El lavado es un procedimiento fundamental y obligatorio en el uso de las prendas de protección térmica, precisamente debido a su característica específica de vestir al trabajador. Los lavados de las prendas deben seguir estrictamente las especificaciones de los fabricantes textiles y de confección. Los dos procesos más comunes utilizados son el lavado doméstico y el lavado industrial.
El lavado doméstico, cuando se realiza siguiendo las instrucciones de lavado, es eficiente y puede prolongar la vida útil de las prendas de vestir, recordando que toda la suciedad debe ser eliminada para garantizar la apariencia del trabajador y evitar que contaminantes como grasas o aceites queden adheridos a la tela. En caso de suciedad intensa y difícil de remover, se recomienda el lavado en seco, ya que este cuenta con procesos y productos específicos recomendados, que garantizarán la eliminación de dichos residuos.
La temperatura máxima del agua en el lavado doméstico debe ser de 65 °C y debemos observar la cantidad de prendas por lavado para no sobrecargar la máquina, asegurando una limpieza completa de las prendas de vestir. Se recomienda no mezclar las prendas de trabajo con la ropa común, ya que estas pueden contener contaminantes que se deben evitar. También es importante usar cantidades adecuadas de detergentes para eliminar la suciedad.
Cabe resaltar que los blanqueadores están PROHIBIDOS, al igual que los detergentes en polvo a base de Peróxido y jabones en barra, ya que estos contienen ácidos grasos muchas veces insolubles que dejan residuos en la prenda. Los suavizantes también deben evitarse, ya que pueden depositarse en la tela si no se enjuagan bien.
En el procedimiento de lavado doméstico, se debe frotar manualmente áreas como el cuello y los puños antes de colocarlas en la lavadora.
Para el lavado industrial, se recomienda que las lavanderías seleccionadas cuenten con certificación técnica y de gestión de calidad, así como con procesos ambientales de tratamiento de residuos. Esto ayudará en la elección de la lavandería y en el proceso de auditoría para evidenciar la compatibilidad de los procedimientos de la lavandería con la metodología de higienización establecida por la empresa contratante. A menudo, este proceso se descuida, lo que puede tener consecuencias graves para el trabajador.
En ambos procesos, doméstico o industrial, siempre debemos tener como objetivo que las prendas estén limpias y libres de contaminantes para su próximo uso y así garantizar la seguridad de los trabajadores.
¿Los contaminantes del ambiente de trabajo afectan la prenda de protección térmica?
En los lugares de trabajo y entornos industriales, hay varios contaminantes que contienen componentes inflamables, como aceite aislante de transformadores, creosota en postes telefónicos y aceites hidráulicos de máquinas. Estos componentes químicos plantean cuestiones sobre su interferencia en el rendimiento de la protección de la prenda. Aunque estos contaminantes ambientales no eliminan las propiedades de protección térmica de la tela, los contaminantes inflamables pueden enmascarar la resistencia térmica, haciendo que la tela se inflame hasta que el combustible sea consumido en el área contaminada. La interacción con los contaminantes del lugar de trabajo es muchas veces inevitable; por esta razón, asegurar un lavado adecuado es muy importante.
¿Qué debe hacer el usuario todos los días al vestir su prenda de protección térmica?
En primer lugar, tener en cuenta que lo que está vistiendo protegerá su vida, luego realizar una minuciosa inspección visual. Las prendas deben ser inspeccionadas en el momento de la recepción por el área responsable y después de cada lavado por el usuario, durante toda su vida útil. Los cierres, costuras, botones y velcros deben ser examinados para verificar si no hay daños visibles, como rasgaduras, cortes o desgaste excesivo. Si hay algún daño, no se debe utilizar la prenda y se debe reemplazar de inmediato. También es fundamental asegurarse de que la prenda esté limpia y sin suciedad antes de vestirla. Para problemas en los cierres como cremalleras, velcros y también para detectar descosidos, se recomienda contactar a las empresas involucradas en el proceso, como la empresa textil y la confección, para recibir las debidas orientaciones sobre el tratamiento de las prendas de vestir.
Otro tema importante a destacar son las reparaciones. ¿Los usuarios pueden realizarlas por sí mismos o deben llevarlas a una modista?
La respuesta es NO. Las reparaciones en las prendas de protección térmica son delicadas y requieren cuidado para garantizar que la integridad de la protección térmica no se vea comprometida. Se recomienda que las reparaciones, si es necesario, sean realizadas por el fabricante de la prenda. Esto se debe a que estos profesionales tienen experiencia en el manejo de telas específicas de protección térmica y en el uso de insumos como hilos, cremalleras y velcros, también con propiedades térmicas, compatibles con cada nivel de protección de las prendas de vestir en cuestión. Las únicas reparaciones que, en principio, podrían ser realizadas por el usuario serían la colocación de un botón y el dobladillo de un pantalón, pero esto aún depende del análisis del revestimiento del botón y de cómo debe realizarse el dobladillo para no afectar ninguna exposición no deseada a los peligros térmicos.
¡Revise su prenda después de cada día de trabajo, porque cada día cuenta!
El Capítulo 7 de la NFPA 2113 enfatiza la necesidad de que las empresas implementen un proceso simplificado que confirme que el uso de la prenda es viable en sus condiciones de trabajo. Los trabajadores también son responsables de examinar su prenda antes y después de realizar las tareas.
La seguridad en el trabajo y los usuarios de las prendas deben llevar a cabo un estudio conjunto de las actividades en las que hay potencial de contaminación y evaluar cada situación individualmente, documentándola en un prontuario. Esta práctica debe llevarse a cabo a lo largo de todo el año, con el fin de ayudar a garantizar, mediante un análisis crítico sistemático, que los trabajadores estén utilizando la prenda adecuada y compatible con sus actividades.
Muchos usuarios trabajan en lugares abiertos y preguntan si pueden usar repelentes de insectos.
Estudios muestran que los repelentes de insectos a base de permetrina y agua no presentan efectos adversos en las telas de protección térmica. Sin embargo, al aplicar repelentes de insectos en prendas de vestir, se debe evitar la aplicación de repelentes que contengan DEET (N,N-dietil-meta-toluamida) o el propio DEET.
Los repelentes de insectos que contienen DEET pueden ser inflamables y, por lo tanto, tienen un efecto adverso en las prendas de protección térmica. Es importante tener en cuenta que los repelentes de insectos que contienen DEET no eliminan los componentes que proporcionan a las prendas la resistencia térmica, sino que los enmascaran.
Nota: (1) DEET (CAS# 134-62-3) es un compuesto químico que actúa como repelente de insectos; comercialmente conocido como Dietiltoluamida. Está fabricado para aplicarse directamente en la prenda, y en particular, el DEET protege contra picaduras de garrapatas (que transmiten la enfermedad de Lyme) y picaduras de mosquitos (que transmiten el dengue, la malaria y la fiebre amarilla), entre otros insectos como las hormigas.
Por último, ¿cómo saber cuándo es hora de sustituir la prenda de protección térmica?
Identificar el momento adecuado para sustituir la prenda de protección térmica es crucial para garantizar la seguridad del usuario. Aquí hay algunos signos de que puede ser el momento de sustituir la prenda:
Desgaste visible: Busque rasgaduras, agujeros, desgaste excesivo o costuras sueltas. Si la prenda está visiblemente dañada, es posible que ya no ofrezca la protección adecuada.
Cambio en el ajuste: Si la prenda ya no se ajusta correctamente al cuerpo del usuario o se vuelve incómoda de usar, puede ser una señal de que necesita ser reemplazada.
Olores persistentes: Si la prenda ya no se puede limpiar adecuadamente y presenta olores persistentes incluso después del lavado, puede ser indicativo de que es hora de reemplazarla.
Daños causados por productos químicos: Si la prenda ha estado expuesta a productos químicos que pueden dañar sus propiedades, como ácidos o solventes, o incluso productos prohibidos en los procesos de lavado y acondicionamiento, es importante reemplazarla, incluso si no hay daños o desgaste visibles.
Historial de accidentes: Si la prenda fue dañada previamente por una exposición al arco eléctrico, fuego repentino o salpicaduras de metal fundido provenientes de procesos de soldadura, es fundamental su sustitución.
Es muy importante prestar atención a estos signos y sustituir la prenda de protección térmica para garantizar su seguridad y protección adecuadas.
El correcto lavado, conservación y almacenamiento de las prendas de protección térmica son fundamentales para garantizar la eficacia de estos equipos a lo largo del tiempo. Además de prolongar la vida útil de las prendas, estos cuidados contribuyen directamente a la seguridad y salud de los trabajadores en entornos de riesgo. Por lo tanto, es esencial que las empresas adopten políticas y procedimientos claros para garantizar el mantenimiento adecuado de estas prendas, incluyendo la inspección regular, la limpieza adecuada y el almacenamiento correcto. Invertir en estos cuidados es invertir en la seguridad y protección de todos los involucrados.
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