Por Maria Chies,
Gerente América Latina Westex by Milliken

La norma de seguridad eléctrica NFPA 70E, presenta los estándares de seguridad que reducen o eliminan los riesgos eléctricos. La norma orienta a los empleadores, a los trabajadores propios y contratados a trabajar juntos mediante una profunda evaluación de riesgos, determinar sus programas de seguridad para lograr la protección adecuada y de acuerdo con las exigencias legales para todos los involucrados, sin diferenciarlos.

La jerarquía de control de riesgos hace parte fundamental del proceso, y aunque la primera prioridad siempre es la eliminación del riesgo. La jerarquía fomenta un enfoque holístico para el desarrollo de prácticas y procedimientos de seguridad. La prenda ignífuga es la última línea de defensa y la salvaguarda fundamental que soporta toda la jerarquía, debido a su capacidad de proporcionar protección en la situación de un arco eléctrico.

Hay varios factores que deben ser considerados en la evaluación de riesgos para el desarrollo de un programa adecuado de prendas ignífugas.

Por desgracia, las consideraciones financieras también entran en juego al desarrollarse o reevaluarse un programa de seguridad para aquellos que actúan con electricidad. En muchos casos, la evaluación queda restringida a un factor superficial: el precio que difiere de costo, y el más grave olvidándose que hay un trabajador involucrado.

De hecho, la cantidad de variables a considerar puede sacar del foco los principales elementos que los profesionales de seguridad deben ponderar en esta evaluación.

De acuerdo con la última revisión de la NFPA 70E, su programa de prendas ignífugas conduce a un consenso de los requisitos normativos.

TRES ELEMENTOS FUNDAMENTALES EN LA EVALUACIÓN DE RIESGO PARA LA CORRECTA ESTRUCTURACIÓN DE UN PROGRAMA DE PROTECCIÓN PERSONAL

1. Considerar el error humano pasa a ser incluido y evaluado.

La edición de 2018 de la NFPA 70E enfatiza el error humano en su Artículo 110, que expande el papel que el EPP puede desempeñar en la protección de los trabajadores. Ahora los trabajadores y los empleadores están específicamente orientados a considerar el error humano en sus tareas, analizando cómo el error humano puede impactar el protocolo de seguridad. A través del punto de vista de las personas, procesos, ambientes de trabajo y equipos, un plan de protección amplio debe considerar los precursores de los errores humanos, como se describe en el Anexo Informativo Q, Tabla Q, de esta última actualización. Los precursores se dividen en cuatro categorías distintas: demandas de las tareas, ambientes de trabajo, capacidades individuales, naturaleza del comportamiento humano.
Las consecuencias catastróficas de quemaduras resultantes de estos precursores, podrían reducirse significativamente si hay un programa de EPP que protege al trabajador, disminuyendo al mínimo los peligros del arco eléctrico de Categoría 2.

2. La desenergización de un sistema, es un trabajo energizado.

La NFPA 70E continúa reforzando la idea de que trabajar en un sistema desenergizado es el camino más seguro para la eliminación de peligros. El trabajo energizado es sólo una opción cuando es inviable desenergizar o cuando la desenergización crea peligros o riesgos adicionales. Aunque el trabajo desenergizado es más seguro para los trabajadores, el proceso de desenergización de un sistema en sí resulta ser un trabajo energizado, lo cual significa que las protecciones y precauciones son indispensables.
Independientemente del trabajo que se realiza en un sistema energizado o desenergizado, existe la necesidad de EPPs a prueba de arco eléctrico.

3. La eliminación de riesgos no elimina la necesidad de EPP.

Por la jerarquía de los controles de riesgos es importante reconocer lo que cada etapa proporciona de seguridad a los trabajadores involucrados con electricidad. La jerarquía trabaja de una manera única para satisfacer las necesidades de su evaluación de riesgos, y como sugiere, debe ser usada por completo. Por lo tanto, aunque su plan deba funcionar para eliminar riesgos, aún es importante incluir todos los elementos de la jerarquía. Los EPP, como etapa final, pueden ayudar a evitar el riesgo y mitigar el potencial de lesión o pérdida de vida, provocado por el arco eléctrico cuando todas las otras precauciones fallan.

Un factor en común entre estas tres consideraciones es la necesidad de una protección consistente y de fácil utilización. Siendo el Programa de Prendas Ignífugas de Uso Diario la mejor opción para minimizar los riesgos. Al considerar la prenda ignífuga dentro de un programa de protección, usted debe optar por la prenda de uso diario, que proporciona protección al arco eléctrico y otros riesgos adicionales a las actividades.

El Programa de Prendas Ignífugas de Uso Diario, proporciona protección categoría 2 y ayuda a resolver una serie de inconveniencias del programa basado en tareas, que puede ser fácilmente perjudicado por error humano, falta de conocimiento de los peligros del lugar de trabajo, además de estar sujeto a la connivencia del usuario y poder afectar la eficiencia del trabajo. Este tipo de protección es tan importante como la capacidad de identificar de forma consistente y correcta situaciones de riesgo presentes. Si la prenda ignífuga basada en tareas no se utiliza – o no se utiliza correctamente – no será efectiva la protección del usuario.

Promoviendo protección todo el tiempo, la prenda ignífuga de uso diario ayuda a resolver y reducir las trampas de la prenda ignífuga utilizada en el momento de la realización de las tareas. A pesar de poder exigir una inversión inicial mayor, en la práctica, la adopción de prendas ignífugas de uso diario compensa. Los trabajadores están constantemente protegidos durante todo el día sin dejar la comodidad.

El uso de prendas ignífugas de uso diario ofrece una respuesta clara y objetiva en la última línea de defensa del trabajador.

Teniendo en cuenta la relación con la NFPA 70E, especialmente el que implica la evaluación de riesgo y el error humano, la prenda ignífuga de uso diario perfecciona su programa con protección vital y comprobada, sin afectar la capacidad del trabajador para realizar bien su trabajo.